Jornada Intensiva Por Ellos

Esta semana ha sido muy intensa. 

Susana vino de Logroño y nos juntamos en Coruña para por fin darle un poco de forma a la página web.

La verdad es que quisieramos trasladaros toda esa experiencia vivida de unos años para atras en diferentes viajes y diferentes proyectos. Desde el Plan Zapatilla que fué nuestro inicio, queríamos conseguir un poco de dinero para comprar unas zapatillas de goma a los niños y que no tuviesen que ir al cole descalzos. Fue una colecta entre amigos de trabajo y compañeros, al final el dinero fue diez veces más de lo que esperábamos y con ello se pudo también construir el jardín de infancia de Dembanje. Os animo a ver ese primer proyecto que para nosotros tiene una gran carga emocional. 

La escuela funciona perfectamente y nos sentimos muy orgullosas de la iniciativa y de la gente que nos apoyó.

También intentaremos explicar un poco los demás proyectos que se están preparando y en los que ya se esta empezando a colaborar con mucho entusiasmo. Gracias a Susana que se ha echo mil horas en tren para llegar a la Galicia Profunda en el Estrella (le llevo más tiempo que el viaje a Etiopia), y gracias por su trabajo que espero que sea de vuestra satisfacción, lo hemos hecho eso si con todo nuestro cariño y nuestro esfuerzo luchando a veces con los medios...

Adrián y Miguel, una historia de amistad unida en la distancia

Adrián tenía sólo 6 años cuando su madre le contó que su amiga iba a viajar a una aldea muy lejana de África y que su intención era construir una escuela y comprar zapatillas a todos los niños del poblado para vestir sus pies descalzos.

Y se le ocurrió que él también podía hacer algo. Sin decir nada a nadie, porque era su secreto, fue metiendo cada domingo el euro que le daban para chuches en un sobre. Cada semana le hacia a su madre la misma presunta:

• ¿Cuánto queda para que se marche a África Susana?
• Dos meses Adrián, le contestaba su madre
• ¿Cuánto queda mamá?
• Aún queda mucho
• ¿Cuánto queda?

A su mamá le sorprendía su interés, aunque claro, un viaje a África le debía resultar toda una aventura.

Y por fin llegó el día, Adrián cambio sus monedas por billetes y quiso llevarle el sobre a Susana. Era el sobre más precioso del mundo, en el que ponía:

“para los niños de África”

También metió un bonito dibujo para que se lo diese a algún niño del poblado.

Ese niño fue Miguel, el niño con la cara más triste de la aldea. En su cara apareció una gran sonrisa cuando se lo dieron porque pensó con asombro que un niño de un país muy lejano se había acordado de él y corrió a pintar otro dibujo con el que agradecer tan fantástico regalo.

Desde entonces, cada vez que alguien va o viene de Gambasse (Guinea Bissau), se intercambian cartas, fotos y dibujos. En uno de los viajes, Adrián le mando un balón de fútbol y Miguel se siente el niño más afortunado del mundo.

Hoy ya tienen 10 años y cuando Adrián crezca un poco más y su miedo a las vacunas vaya desapareciendo, hará su mochila y viajará a la aldea para poder jugar un partido de futbol con su amigo Miguel en ese rincón de África que ha visto tantas veces en fotos.

POEMA: "Miradas al Mundo"

Ojos abiertos miradas al mundo

Dirigidas a nuestros corazones

A nuestro modo de vida y valores

De nosotros depende su futuro
Ya no podemos perder ni un segundo

Basta ya de hipócritas decisiones

De la ineficacia de las naciones

Trabajemos con el mago de Wukro
Invirtamos en solidaridad

En marcha, los niños nos aguardan

Que aflore nuestra sensibilidad
Ayudémosles a hacer su mañana

Podemos cambiar la realidad

Si el mundo da respuesta a sus miradas