jueves, 17 de septiembre de 2009

Negociar La Muerte Desde Occidente

Os invito a leer un artículo muy interesante de Gervasio Sánchez

Fuente: soitu.es

http://www.soitu.es/soitu/2009/07/16/losdesastresdelaguerra/1247733090_219875.html

Resultado "Semillas Para WUKRO". Carta Angel Olarán.

Queridos amigos:

Quiero agradeceros vuestro apoyo para paliar el grave problema de falta de semillas que se nos presentó al comienzo de la estación de las lluvias.
Quiero informaros de que con el dinero que enviasteis, hemos comprado 484 toneladas de semillas que han sido distribuidas entre 6.920 familias. Todas las semillas han sido ya sembradas en 3.460 Ha. Los campesinos están muy satisfechos de las semillas recibidas así como de la calidad de las mismas. Todas han pasado el control de certificado de calidad.
A continuación os presento el dinero que recibimos y los gastos realizados.

Total recaudado …………………………….. 5.108.755,00 birrs.
Gastos
Compra semillas ……………. 3.083.868,30 birrs
Transporte…………………… 484.840,00 birrs
Logística ……………………. 20.092,00 birrs
Total Gastos…………………….. 3.588.800,30 birrs

Los gastos de transporte, carga y descarga incluidos, son los correspondientes a los viajes realizados desde Balle, Dessie, Shire. . . hasta Wukro (Balle está a unos 1,200 km; Dessie 400 Km . . .)
Los gastos de logística corresponden a: transporte y dietas de las cinco personas que han realizado las compras (de 13 a 31 días); dietas almaceneros y otros; fotocopias; móvil y alquiler de almacén.
Hasta la fecha, en el área en que se han distribuido las semillas, llueve lo suficiente y los campos crecen bien. A partir del 22 de Agosto, las lluvias ya son lo suficientemente generosas como para alimentar la capa freática y favorecer el crecimiento de yerbas para el forraje de animales.
Debido a que a mediados de Agosto ya no quedaban semillas de calidad en nuestros mercados, decidimos dejar de comprarlas, dada la inseguridad que ofrecía su baja calidad, y por lo tanto nos han sobrado 1.519.954,70 birrs del dinero que enviasteis.
Dado que, no puedo comunicarme con la mayoría de los que habéis contribuido tan generosamente en enviarnos ese apoyo económico, y tras consultarlo con colaboradores cercanos, quisiera comentaros que, con el dinero que ha quedado restante de la compra de semillas, hemos decidido apoyar un proyecto dirigido por el Obispo de Tigray, Tesfaselassie Medhin, para ayudar a 1.799 familias que se encuentran fuera de la zona de Wukro y que se encuentran en condiciones precarias debido a la fuerte sequía. El proyecto del Obispo tiene un presupuesto de 1.550.635 birrs ( 96.915 €; cambio 1 € = 16 birrs).
La situación es grave. En un reciente informe, el Obispo menciona que en las áreas de Irob y Tsadaemba (todas ellas fuera de la zona de Wukro) fuertemente afectadas por la sequía, han muerto 1,640 cabezas de ganado de un total de 23.226.
Los objetivos específicos del proyecto que queremos financiar con vuestra ayuda son:
1 - Salvar vidas de 8.997 personas con problemas de seguridad alimentaria, o 1.799 familias, a través de creación de empleo en las zonas afectadas.
2 – Responder a la situación crónica de inseguridad alimentaria a través de la construcción de infraestructuras que potencien la agricultura y protejan el medio ambiente, con el fin de mejorar la productividad agrícola en un futuro cercano.
El trabajo que propone el proyecto es comunal y servirá para la mejora de la infraestructura del vecindario. Se proyecta construir 30 km de terrazas (bancales) para retener el agua y la tierra, 10 pequeñas presas (check dams) y 10 km de carreteras vecinales.
En las zonas objetivo del proyecto difícilmente se consigue trabajo. De hecho, el sistema “trabajo por comida”, en nuestro caso “trabajo remunerado para comprar comida”, es muy común en Etiopía, y es gracias a este tipo de trabajos comunales que, se mejoran muchas de las infraestructuras y las familias reciben apoyo económico.
A nosotros nos resulta muy difícil hacer llegar la comida a las familias en situación de precariedad; pero si disponen de dinero, las familias pueden acercarse a las tiendas del vecindario y hacer la compra necesaria.

Muchas gracias por vuestro apoyo una vez más.


Ángel Olaran

martes, 15 de septiembre de 2009

Empiezan a Sembrar En Wukro (Vicente Romero)

Desde Wukro, uno de esos rincones del mundo que no existen para nuestros medios de comunicación, vuelve a escribirme el misionero Ángel Olaran. Me pide que dé gracias a cuantos respondieron a su grito de socorro con alguna aportación. Y que cuente que, gracias a ellos, se va a paliar el desastre anunciado.
‘Hemos conseguido 230 toneladas de semillas, escribe Olaran, pero aún están a 1.400 kilómetros de distancia. Los contratos de compra se hacen por fax, con los inconvenientes y retrasos que conlleva. Esperamos que, en 7 días las tengamos aquí. Esta tarde salen 2 personas, una de la administración y la otra de nuestra institución a comprar trigo por 200.000 euros, transporte incluido. Aún sigue entrando más dinero. Y seguiremos comprando más, aunque posiblemente tengan que ser de una especie que necesite menos agua, ya que los días van pasando y se acerca más el fin de las lluvias.’
Un año más, el cielo etíope está siendo cicatero y las precipitaciones son tan escasas como desiguales: ‘A penas caen unas pocas gotas, prosigue el misionero, que ni siquiera se llevan el polvo de la carretera; ayer veía labrar a un agricultor y el arado levantaba polvo a su paso.’ Por eso, los campesinos se esfuerzan para que no se pierda una gota. Y el padre Olaran impulsa un pequeño plan de rehabilitación de torrenteras, mediante zanjas y bancales que retengan el agua. ‘No hay ingenieros ni aparejadores que se ocupen de dirigir los trabajos, pero nuestros campesinos demuestran conocimientos muy sólidos, asegura Ángel, y consiguen que el agua no se pierda por esos campos de Dios, sino que se quede en sus terrenos. Las tres cuartas partes de los trabajadores son mujeres, y esta tarea les ofrece un pequeño salario para sacar adelante a sus familias. En esta época de carencia de alimentos, eso supone un importante respiro.’
Vicente Romero (RTVE)
Fuente: blogs.rtve.es/vicenteromero

jueves, 10 de septiembre de 2009

Crónicas Desde Uganda II




Por la tarde fuimos a conocer a Patrick Pio, un chico de 22 años que está postrado en una cama debido a una artritis severa. Su rostro aparenta 55 años, pero es tal la fe que tiene y su manera de aceptar la enfermedad que te enseña una lección de coraje, fuerza y entereza que no podré olvidar.
Sus palabras, cuando me senté a su lado y le acaricié sus manos, fueron "!Que gran alegría que hayas venido a verme! ¡Gracias! Me haces tan feliz" y sus ojos reflejaban una felicidad infinita.
Nos decía que ofrecía su vida a quien venía a visitarle y así Dios le ayudaba a no sufrir tanto con su enfermedad. 22 años y su vida tan sólo le traerá dolor y lucha. Cuanto tenemos que aprender, cuanto nos dan y que poco nos merecemos.
Al anochecer nos fuimos a ver el hospital del que se hacen cargo los Hermanos Combonianos en particular el hermano Eliot. Estaba repleto, no cabía nadie más, era como un hormiguero con un montón de personas en cada esquina y otras tantas que iban y venían.
Nos enseñó su gran logro; una incubadora en un hospital de África, donde ese bebé con pocas semanas ya nació luchando por vivir y seguramente morirá sin abandonar nunca esa lucha.
Estuvimos viendo la sección de pediatría, a los enfermos de malaria, la sala de inválidos... Conocimos a una mujer que se había quedado tetrapléjica con sólo 22 años y cuatro hijos. Se había caído de un mango. Los mangos son muy peligrosos, sus ramas son muy frágiles y la gente se sube a ellos para coger sus frutos y poder comer. A esa mujer no le faltaba en ningún momento la sonrisa, sobre todo cuando miraba a su bebé cuando le daba pecho postrada en la cama... Tal vez sonreía porque aún no sabía que nunca podría levantarse de esa cama.
Un abuelito me pedía por favor que le acariciase su espalda, tenía mucho dolor por estar siempre acostado y le acaricié su rugosa espalda. Se sintió aliviado y me besaba las manos para darme las gracias.
Fuimos a ver a los niños que padecían cáncer. Esta enfermedad en África (como no) se muestra más dura y cruel que en ningún lugar, mezclado con la malaria y otras patologías salen unas heridas externas, unos ganglios inmensos y el dolor inunda los rostros de esas personas sin esperanza.
Había una niña Tessi que tenía la mirada perdida. Una sonda se conectaba a su minúsculo bracito. Le dí un caramelo y sus ojos un poco desviados por su enfermedad, se iluminaron. Ese rostro apagado hasta ese momento, lo iluminó la mayor de sus sonrisas. Aquello me parecía un milagro... Su madre me miraba sonriendo, dándome las gracias y Tessi me seguía con sus ojos. Cuando me alejé no dejaba de decirme adiós con su pequeña manita.
A los 3 días volví a visitarla. Estaba dormida, la empecé a acariciar muy suave y con la poca fuerza que le quedaba abrió sus ojitos, en cuanto me vio, abrió sus dos ojazos y me sonrió. Le di otro caramelo y os puedo asegurar que sólo por ver aquella felicidad en su rostro en vez de un gesto de dolor, estaría todos los días allí, llevándole un caramelo...

jueves, 3 de septiembre de 2009

Crónicas Desde Uganda

Gulu, norte de Uganda, zona con 20 años de guerra contra el ejército Rebelde de Liberación, rebeldes que se llevaban a los niños y niñas de las aldeas para alistarlos y adiestrarlos, realizando verdaderas masacres.
Tan sólo hace 2 años que están en paz, los rebeldes se encuentran en Sudán, no tienen ni siquiera la seguridad de que cualquier día vuelvan y el terror regrese a sus vidas.
Domingo 23 de Agosto de 2.009
Hoy es domingo, como país cristiano, Uganda celebra hoy el Día de Señor. Estoy sentada fuera de la catedral de Guru, escucho los cantos de la gente dentro de la catedral que está a rebosar.
Tal vez, hoy le pidan a Dios un atisbo de esperanza para sus vidas, para sus hijos, para su país.
Yo hoy también quisiera pedirle por ellos, con todas mis fuerzas, no sé si El existe, no sé cual es mi fe, es difícil sentirla viendo tanta injusticia, pero necesito pedir y gritar que deseo un mundo más justo, el que pueda visitar sin sentir una gran angustia en mi pecho cada segundo.
Ayer fue un día muy duro, en mis viajes a África siempre hay cosas que me superan en algún momento, no es lo mismo conocer la desgracia que palparla y abrazarla.
Conocimos a alguien maravilloso, el Hermano Comboniano italiano Eliot, él nos llevó desesperado al orfanato del que se hace cargo desde la muerte de la persona que estaba al frente. Había unos 100 niños que sonreían y buscaban nuestras manos, ese contacto humano que tanto les faltaba.
Después fuimos al hogar de los niños inválidos y en ese lugar dejas de sentir tu corazón.
Helen es una mujer de 36 años con 6 hijos y está en una silla de ruedas sin moverse. Hace 4 años cuando estaba en su aldea llegaron los rebeldes, la violaron y la mutilaron con un corte en la espalda que la ha dejado en una silla de ruedas.
Me acerqué a ella para acariciarla y fue tanto el cariño que me transmitió que terminamos fundidas en un gran abrazo. No puedo borrar de mi memoria su sonrisa de agradecimiento, tan sólo por un abrazo. En esos momentos te das cuenta que los gestos más sencillos son los que están llenos de mayor riqueza humana. Estuvimos un rato intentando comunicarnos y el brillo de nuestros ojos y nuestra sonrisa era nuestro mejor lenguaje.
Luego tenemos a Philip, un niño de 12 años que no aparenta más de 7. No puede doblar sus piernas ni sus brazos. Sentadito en el suelo parece como si en vez de extremidades tuviese una tijera.
Su sonrisa te cautiva, sin hablar no deja de sonreír, le di un caramelo y cuando a la media hora me pidió si nos hacíamos una foto juntos, al acercarme me susurra en inglés "por favor tienes otro caramelo Vela Donna”.
Había niños que han encontrado en la calle, arrastrándose como gusanitos y otros que directamente han venido del hospital tetrapléjicos al haberse caído de un mango, al que se suben para coger fruta o minas antipersonas que los han dejado sin piernas…
Niños con espina bífida o epilepsia muy graves.
Si ya es duro ser niño en África, ¿Os podéis imaginar la crudeza de las vidas de estas personas en una silla de ruedas o sin poderse valer por si mismos?
María.

Helen y Maria.
Philip