martes, 28 de abril de 2015

Emergencia, Hambruna EN GUINEA BISSAU.



Hoy toca sentarme y  contaros el lado desesperanzador de mi viaje, la situación que se está ahora viviendo en todo el país y de manera más crítica en las aldeas del este de Guinea Bissau.

La población de Guinea vive principalmente del cultivo del anacardo, algo de cacahuete y algo de arroz, con lo que se alimentan ellos y a la vez venden para poder comprar otro tipo de alimentos.
Gracias al cultivo del anacardo han comido durante mucho tiempo y además les ha permitido intercambiarlo por sacos de arroz.
Esta “cadena de la vida”, tan esencial y a la vez complicada en Guinea, les ha permitido durante mucho tiempo no pasar hambre.
Pero la parte dura es que por la falta de lluvia, se está viviendo una gran sequía y toda la producción se ha perdido, primero la del arroz, luego la del cacahuete y por último y justo en este mes de abril la de anacardo. Hoy no cuentan con otro modo de subsistir. (El cambio climático del que los paises desarrollados somos culpables, matan cada día a los más débiles).
Mis últimos días en la aldea de Dembanje sentí una gran impotencia. Tenía a mucha gente esperándome durante horas para poder hablar conmigo, para pedirme un saco de arroz, dinero para comprar semillas o hacer un pequeño negocio. Personas que en doce años que llevo trabajando con ellos nunca me habían pedido nada…La necesidad la tenía en la puerta de mi casa y lo peor es que tienen unas dimensiones muy grandes….son muchas familias las que se enfrentan a una situación desesperada este año.
Necesitaba coger aire, solo el pensar en lo que venía se me rompía el corazón, el problema me quita el sueño por las noches, tenemos que actuar, ¿qué podemos hacer  por tanta gente, como les podemos ayudar en una situación tan límite?
Compramos sacos de arroz y los repartimos a las familias con más problema, pero eso no es solución. Para un futuro hay que buscar otras alternativas.
Desde Miradas al Mundo nos proponemos evitar la hambruna y la desnutrición iniciando un plan de emergencia que consiste en el reparto de sacos de arroz a las familias con mayor problemática, en concederles microcréditos para pequeños negocios, para poder comprar nuevamente semillas y que la “cadena de la vida” vuelva a fluir.
Pero lo más importante, es frenar la desnutrición, llevando Moringa (planta con alto valor nutricional) a las familias.
La Moringa en polvo se compra a mujeres locales de otras partes del país y se reparte en diferentes aldeas de la zona este de Guinea que es donde más se acusa este problema.
Contratamos agentes de salud comunitaria, para realizar fuertes campañas de sensibilización para que las personas planten moringa en su casa y la consuman como solución ante la falta de otros alimentos.

Necesitamos que nos ayudes a conseguir fondos difundiendo este mensaje y el vídeo entre tus amigos.

TENEMOS QUE EVITAR LA HAMBRUNA, TU GRANITO SALVA VIDAS.

Cada granito lo podemos recibir en la cuenta de Miradas al Mundo.

Número de cuenta: ES75 2038 7804 75 3000313702

GRACIAS.

viernes, 24 de abril de 2015

Esperanza y Desesperanza, esa es la cara de ÁFRICA.

Ha llegado el momento de transmitiros las crónicas de este viaje de Abril a Guinea Bissau. Tal como es África nuestro viaje ha tenido su lado más dulce y su lado más amargo y el más difícil de relatar.

Su lado dulce viene dado por la esperanza que he sentido por primera vez en 10 años de ver un Gobierno que empieza a cambiar las cosas en su país, calles asfaltadas en Bissau, camiones de basura, farolas solares... La gente está esperanzada viendo un Gobierno que atisba poder ofrecer un hilo de confianza.

En cuanto a nuestros proyectos contaros que la cocina y el comedor del centro nutricional ha sido terminado y el trabajo con los agentes de salud está empezando a andar y a dar sus frutos. Se han curado los primeros niños detectados con desnutrición crónica. Gracias a Unidos Podemos y la Fundación Zen por el apoyo a este proyecto tan importante.





           
Hemos inaugurado la rehabilitación de la escuela de Kassolo y supervisado y apoyado con material escolar y el pago de salarios a todas las escuelas donde trabajamos. Para Miradas al Mundo la educación es su principal objetivo.
Tenemos que agradecer al taller solidario y a la Casa de Aragón, al igual que a los colegios de A Coruña por los fondos que nos permitieron llevar a cabo este sueño para una población que solo sueña con que sus hijos puedan ir a la escuela.



Dentro de este programa estamos impartiendo clases por la noche en la aldea de SaraPate con una placa solar, y hemos realizado un proyecto con los niños más aventajados para que apoyen a los niños con dificultades para leer.

Hemos repartido medicamentos en diferentes puestos de salud, la falta de cosas tan básicas como betadine, vendas, paracetamol... Es algo muy común en un país que carece de todo en cuanto a salud se refiere.

La estrella de nuestro viaje ha sido el viaje que hemos compartido con Bambe y Bocar. Son los niños más trabajadores y con mejores notas de la aldea de Dembanje, como premio por su esfuerzo Miradas al Mundo los ha llevado una semana de vacaciones para que pudieran conocer el mar y no os podéis imaginar qué modo de disfrutar. Ese no ha sido su regalo, al final el regalo ha sido para las personas que tuvimos la suerte de compartirlo con ellos.


Os añado un vídeo para que podáis disfrutar, de ese momento tan especial para esos niños. Todo su viaje ha sido una maravilla, publicaremos más información en nuestro Facebook: https://www.facebook.com/miradasalmundo.

Hoy nos quedamos con el lado dulce del viaje, la realidad más dura queda para otro momento.

jueves, 23 de abril de 2015

Viaje a Guinea Abril 2.015

Este mes he vivido una de las mejores experiencias de mi vida. Acabo de volver de mi primer viaje a África. He ido de la mano de “Miradas al Mundo”, junto con María y Noe (otra voluntaria como yo) y, aunque hace ya una semana que volví, no dejo de pensar cada día en lo que allí viví y la gente que dejé.

La experiencia ha sido extraordinaria, más allá de mis expectativas. He podido conocer la esencia de África en Guinea, una realidad que parece sólo de películas pero que existe, he visto la alegría y las ganas de vivir de quienes no tienen nada, la supervivencia en su máxima expresión, su capacidad de compartir lo poquísimo que hay, su ilusión por lo nuevo, su interés por aprender, su esperanza de salir adelante y he oído las peticiones de ayuda.

La experiencia es cruda pero gratificante y enriquecedora y, aunque no es para todos los públicos porque las condiciones son duras, me parece una gran escuela, y estoy segura que iré de nuevo, aunque sólo sea a recuperar el corazón que me han robado aquellos niños. 
Uno vuelve de ese continente un poco tocado y con el corazón compungido, pero lo cierto es que, a pesar de todo, África te atrapa.

Puede que haya sido la integridad humana de los guineanos, sin contagios todavía del mundo occidental lo que tanto me ha atraído, o su amabilidad y simpatía, o tal vez su saber convivir pacíficamente entre las 26 etnias de religiones diferentes que pueblan el país, o quizás la sensación de que el mundo se olvidó de ellos; o quién sabe, la alegría en las caras y las miradas de los niños al sonreirles, o a lo mejor, lo que me ha enganchado a ese país haya sido la experiencia de haber vivido en directo las primeras vacaciones fuera de su aldea de 2 niños de D´Embandje de 10 y 11 años, Bambe y Bocar. Vacaciones en la playa, donde nunca habían estado y que Miradas al Mundo les regaló por ser alumnos sobresalientes. Verían todo por primera vez, el mar y todo lo demás que se encontraron en los 250 o 300 km que recorrimos en coche hasta llegar a Varela en la costa, pasando por Bissao y São Domingos: la capital con muchos coches, tiendas y ruido, niños con patines, después un futbolín, una ducha, un váter con cisterna, los helados, las medusas, tortugas de mar, cangrejos, ordenadores educativos, un juego de dardos, nuevos amigos en Varela... En fin, una lista infinita porque tooooodo era nuevo y todo fueron capaces de absorberlo, asimilarlo y aprovecharlo al 100%, a veces con su inconsciencia y otras con sus precauciones, pero sabían disfrutar de cada momento y no dejaron que nada se fuera sin verlo, tocarlo y/o probarlo....

¡Que suerte tener cerca a dos chavales que son así, que regalazo haber convivido con ellos!


No quiero alargarlo porque no tengo freno y me pongo pesada, pero no quería terminar este relato sin mencionar y agradecer a quienes me han acompañado en este viaje:

- A mis dos compañeras de viaje porque sin su presencia, mi experiencia no hubiera sido tan enriquecedora. Gracias Noe por tu sosiego, compañerismo, tu buen carácter y medicina Zen, y gracias a tí María por tu humanidad, generosidad, tu fuerza y... ¡por todo!.

- A Djarga por tu lucha, tu integridad, nuestras pequeñas conversaciones nocturnas en Varela y tu lealtad hacia tí mismo y hacia “Miradas al Mundo”.

- A Bambe, Bocar y Bebe que me han proporcionado tantas risas, sonrisas, músicas y ratos felices.

- A todos los guineanos que me han rodeado y me han tratado con tanto cariño

- Y por supuesto a tí Susana, que me despertaste el interés por Miradas y por Guinea Bissau, y sin tí nada de esto me hubiera pasado.

María y Susana, en un trozo de este mundo, allí en África, habeis echado raíces, necesitan a Miradas y cuentan con vosotras para salir adelante. Mi más profundo agradecimiento por la labor que haceis y por no tirar la toalla a pesar de los malos ratos que os toca pasar.
Os deseo un buen camino lleno de fuerza, suerte y éxitos.

GRACIAS.

(al final que me he alargado..., ya lo sabía yo)

miércoles, 22 de abril de 2015

Construyendo Pozos Solidarios.

Miradas al Mundo, con la solidaridad de los niños/as de las escuelas de España, construye pozos en Guinea Bissau, en los lugares donde es más difícil el acceso al agua potable.

El pozo lleva el nombre de aquel colegio que ha organizado el mercadillo solidario, es un nexo de unión entre los niños de Guinea y los niños de España, ofreciendo a esos jóvenes una oportunidad de tener un futuro y poder ir a la escuela al no tener ya que ir a por agua a 5 o 6 Km, lo que imposibilitaba la asistencia de las chicas a la escuela.

Como dice nuestro trabajador Jerga:

"María, lo que más me gusta es construir pozos. Es una ayuda para toda la vida, y cada persona que bebe agua de ese pozo está dando gracias por ese regalo tan valioso".